Las materialidades que elegimos para nuestros espacios exteriores son más que una decisión funcional: reflejan quiénes somos y cómo queremos habitar el mundo. Desde la sobriedad del aluminio hasta la calidez de la teca, cada elemento aporta texturas, tonos y sensaciones que definen la identidad de nuestro entorno.
¿Cómo aprovechar al máximo estas opciones para diseñar espacios que sean tanto elegantes como duraderos? Aquí te contamos lo que aporta cada material y cómo integrarlo con intención. Además, todas nuestras materialidades son personalizables en color, para que cada proyecto refleje tu estilo con precisión.
Aluminio: ligereza contemporánea
Versátil, liviano y moderno. El aluminio es perfecto para muebles que se mueven con frecuencia y para proyectos que buscan una estética limpia y actual. Su superficie pulida da un aire sofisticado y minimalista, ideal para terrazas urbanas o patios de líneas simples.
Acero inoxidable: solidez con carácter
Elegante y resistente, el acero inoxidable se asocia con una estética más estructurada y sobria. Funciona bien en piezas que combinan función con diseño, y aporta un toque industrial a ambientes que buscan durabilidad sin perder estilo.
Cuerdas náuticas y de polipropileno: textura y flexibilidad
Tejidas a mano o tensadas con precisión, estas cuerdas ofrecen resistencia y un diseño visual dinámico. Son ideales para respaldos, asientos y detalles que necesitan confort y estructura al mismo tiempo. Además, su variedad de tramas permite jugar con transparencias y ritmos.
Madera de teca: elegancia natural
Con su tono cálido y vetas suaves, la teca transmite una sensación de calma y sofisticación. Es una madera noble que se mantiene hermosa con el paso del tiempo. Perfecta para quienes buscan una conexión más orgánica con el exterior y valoran el carácter que da el uso.
Piedra sinterizada: belleza sólida
Inspirada en materiales naturales, pero con tecnología de última generación, la piedra sinterizada es ideal para cubiertas, mesas o detalles estructurales. Resistente a manchas, calor y rayaduras, permite sumar elegancia sin complicaciones de mantenimiento.
En definitiva, cada material tiene su lenguaje y su propósito. Al combinarlos con equilibrio, no solo creamos espacios funcionales, sino también lugares que nos representan. Y al poder personalizar los colores de cada material, damos un paso más: diseñamos exteriores que se sienten propios, pensados a medida de quienes los habitan.